| <<La contaminación es
una enfermedad originada por el transporte horizontal>> (Margalef,
citado por Naredo y Valero, 1999) La humanidad es ya el mayor agente geológico superficial del planeta, movilizando cantidades ingentes de minerales, y usa la mitad del agua dulce disponible. Pero sólo una fracción mínima de esa materia será reciclada y reintegrada a la actividad humana. Todo el resto pasa a ser residuos. Por eso podemos encontrar residuos como la causa de muchos de los grandes problemas que amenazan el medio ambiente o la salud humana y se discuten en reuniones internacionales. Sin embargo, los residuos acaban por traspasar las virtuales fronteras, políticas o administrativas, ya sea impulsados por la gravedad, las corrientes atmosféricas, fluviales o marinas; o por el general deseo humano de no tenerlos cerca. Por eso el agujero de ozono, efecto invernadero, centrales nucleares, derrames de petróleo, Aznalcóllar y el 'mal de las vacas locas' son problemas de residuos. El riesgo más cercano es convertir la propia isla en un sumidero de residuos. Para evitarlo es imprescindible devolver a su origen la máxima cantidad de la basura que generamos y no podemos emplear, o impedir que entren en la Isla materiales no reutilizables ni consumibles. La situación actual permite la retirada parcial y por circuitos separados de recogida voluntaria de vidrio, papel-cartón, chatarras metálicas, aceites de hostelería y pilas-baterías eléctricas. En 2002 se pondrá en marcha la nueva planta de clasificación de basuras domésticas, que seleccionará los envases para su reenvío y fermentará la materia orgánica resultante, a fin de extraer el metano controladamente y con ello producir energía y compost. Además, los Puntos Limpios permitirán la retirada voluntaria y controlada de otros residuos que, por su peligrosidad, volumen, etc., no deben ni pueden depositarse junto a la basura doméstica cotidiana.
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