Ortiz Ponce, Mirta Edith
Ciencias médicas y de salud – Universidad de Las Palmas – 2002

Introducción: Es indudable que cuando se lleva a cabo una anestesia general balanceada, existe el riesgo de que aparezca una reacción anafiláctica – anafilactoide, evaluando según la gravedad de la sintomatología en 1/1000 a 1/5000 anestesias; ya que las sustancias que se utilizan para efectuar dicha anestesia, son medicamentos con potencial alérgico y liberador de histamina.

Justificación del presente estudio: El riesgo de anafilaxia perioperatoria, no deja de inquietar a las compañías de seguros, a pesar de que las Sociedades Españolas de Alergología y Anestesiología, han establecido un protocolo de actuación, publicado por la Dirección General de Insalud, sobre la realización de pruebas alérgicas en anestesias generales y locorregionales, que data del 30 junio de 1994, la demanda asistencial en nuestro medio sobere petición de estudios alergológicos a anestésicos ha aumentado. La causa radica en la mayor afluencia de sentencias judiciales contra anestesistas, por accidentes quirúrgicos de dudosa etiología alérgica.

Objetivo: El motivo del presente estudio es aclarar la etiopatogenia de las reacciones adversas a miorrelajantes, que se producen en pacientes quirúrgicos sometidos a anesteia general y si realmente tienen un origen de hipersensibilidad, estudiar los cambios que sufren los mediadores de la respuesta inmune a través de estudios inmuno alergológicos que incluyen estudios inmediatos que parten de: historia clínica, para continuar con estudio de manifestaciones clínicas y la realización de pruebas especiales in vitro, en situación pre y postanestésicas.

Material y método: Una vez aprobado el trabajo por el Comité de Ética y previo consentimiento informado, por escrito, se llevó a cabo, un estudio prospectivo en 200 pacientes A.S.A. I a III, programados para cirugía general, de las especialidades quirúrgicas; Cirugía general, Ginecología, Traumatología, Urología y ORL; con el equipo quirúrgico habitual de cirugías programadas y bajo anestesia general balanceada. Se consideraron criterios de inclusión y de exclusión. Los pacientes fueron separados en tres grupos, según el miorrelajante utilizado. A todos se les explicó en que consistía la técnica anestésica y las extracciones de sangre y orina, a las que serían sometidos. Una vez incorporados al programa, se procedió a extracción de sangre y orina, previo a toda medición. A continuación y previa medicación cada paciente se sometió a anestesia general. Finalizada la intervención se trasladó al pacientes a la sala de recuperación anestésica realizando valoración del confort-disconfort, incidencia de manifestaciones clínicas, y se procedió a la segunda extracción de sangre y orina. Las muestras fueron enviadas al laboratorio del Hospital General de lanzarote para su congelación y envió, a centro especializado. Escogimos un tamaño muestral de 200 pacientes asignando 1/3 a cada grupo de estudio. Se realizaron pruebas hematométricas y pruebas especiales. Las pruebas in vitro fueron: histaminemia, histaminuria, triptasa, proteina catiónica del eosinófilo, complemento C3 y C4, población linfocitaria, linfocitos CD4 y CD8, complemento hemolitico total y las IgE total y específicas para miorrelajantes y látex.

Resultados: Se registraron 200 pacientes con y sin manifestaciones clínicas perioperatorias y también se identificaron las modificaciones de las pruebas in vitro. Entre 1998 y 2000. Se estudiaron características propias de nuestros pacientes, agrupándolos según: edad, sexo y tiempo operatorio; la mayoría de las intervenciones estaban comprendidas entre > 2 horas de duración: * Con predominio femenino (113 sobre 88). * La cirugía digestiva supuso el mayor número de intervenciones: 38,8%; de los 201 pacientes: 201 carecían de antecedentes quirúrgicos y 80 tenían un antecedente quirúrgico previo (39,8%), sin complicaciones de ningún orden. * Manifestaciones clínicas perioperatorias: – El grupo con mayor número de reacciones adversas fue el del cisatracurio: 38,%. – El segundo lugar el de la succinilcolina con: 27,4%. – Y luego vecuronio con: 20,9%. * La relación CD4/CD8 en los grupos del vecuronio y succinilcolina, en general disminuyeron significativamente, en situación postquirúrgica, salvo en 4 casos con cifras altas. * Los linfocitos CD4 se modificaron significativamente descendiendo. * Los linfocitos Cd8 para el grupo del vecuronio: de 60 normales 3 se transformaron en altos: de 10 altos basales; 5 casos permanecieron altos; en los otros 2 grupos descendieron. * En la tabla de linfocitos totales vemos que éstos se modifican significativamente bajando. * En cuanto a la histaminemia: los niveles no aumentan en situación postoperatoria. * Histaminuria: los niveles bajaron en situación postoperatoria. * La proteína catiónica del eosinófilo: no se modifica en el grupo de la succinilcolina, pero en general en los tres grupos disminuyen sus valores. A destacar: con vecuronio vemos que 8 casos suben en el postoperatorio. * En la tabal de triptasa en sangre: no aumentan sus niveles postoperatorios, con tendencia a disminuir. * Con respecto a IgE especifica al Látex: encontramos 3 casos que se elevaron. * En el grupo de IgE Total: los niveles se modifican significativamente bajando. * Las modificaciones del C3 no son significativas. * Los niveles del C4: se modifican significativamente en los 3 grupos; bajando.

Conclusiones: Los relajantes musculares no modifican sustancialmente los mediadores anafilácticos en un primer contacto; salvo en contadas excepciones. Cabe destacar la inmunosupresión observada en el grupo tanto de los linfocitos CD4, linfocitos CD8 como en el de los linfocitos totales. Independiente del grupo de miorrelajante estudiado se encontraron algunos casos con cifras altas de mediadores postoperatorias; que junto con las manifestaciones clínicas perioperitarias y la inmunosupresión linfocitaria encontrada, nos hace pensar en una posible sensibilidad latente para al amonio cuaternario que no supuso en ningún caso un riesgo de vida. Estos casos identificados se separaron para establecer un protocolo alergo-anestesiológico.